Dormir suficiente, hacer ejercicio regularmente y comer algunos alimentos como pavo y cacao ayudan a mantener bajas las hormonas del estrés.
Los seres humanos están formados por cuerpo, alma y espíritu. Estos elementos se manifiestan a través de sensaciones, sentimientos y pensamientos. Las sensaciones se representan en los cinco sentidos, los sentimientos por medio de las emociones y los pensamientos de las convicciones y creencias. “Estos componentes interactúan entre sí de forma que cada emoción genera un neurotransmisor en el cerebro y viceversa; por lo que pueden ser experimentados físicamente y mentalmente. Como un reactor nuclear hay un gran potencial en la expresión de toda esta neuro-química cerebral. Es por ello que se debe mantener en un balance dinámico para sacarle el máximo provecho”, explica Juan Carlos Méndez (@doctorantivejez), médico cirujano especialista del Centro Médico Anti-envejecimiento.
Los principales neurotransmisores son la noradrenalina, serotonina, dopamina y endorfina. Cada uno tiene un efecto sobre nuestra conducta emocional y la interacción provoca nuevas experiencias.
La sinergia entre la noradrenalina y serotonina provoca gran impulsividad; entre la serotonina y la dopamina genera gran necesidad y entre la dopamina y noradrenalina produce gran determinación.
¨En el metabolismo de los neurotransmisores intervienen vitaminas y minerales de vital importancia para regular y estabilizar sus niveles fisiológicos dentro de los rangos óptimos. Las carencias de estos nutrientes predisponen a la aparición de los excesos o deficiencia de los mismos”, afirma Méndez. ¨
Por ello, con el fin manejar adecuadamente las emociones es necesario, primero que nada, cambiar los hábitos alimentarios, sobre todo sustituir el consumo de dulces por alimentos que contenga triptófano, como es el caso del cacao y el pavo, de manera de liberar suficiencia serotonina intestinal.
Las actividades físicas regulares nunca están de más pues estimulan la liberación de endorfinas y tener la sensación de bienestar. Lo mismo con la recreación y el dormir suficiente para disminuir los niveles de las hormonas que generan estrés como cortisol y adrenalina y liberar las hormonas “de la juventud”, la de crecimiento y DHEA, entre otras.
Algo muy positivo es aprender técnicas de Programación Neuro Lingüística, inteligencia emocional u otras que permitan cambiar la manera de pensar y la manera de vivir.
Los complementos alimentarios, siempre que los recete el médico especialista en antienvejecimiento, pueden ayudar.
“De esta manera, las personas podrán mantenerse joven, saludable y en forma, no solo del cuerpo, sino del alma y del espíritu”, resumió el médico Juan Carlos Méndez.